De pronto, hablar de afrontamiento al estrés puede parecer demasiado técnico o inaccesible, por eso, tratemos de hablar de las formas en las que todos tratamos de resolver el estrés o de las estrategias que usamos durante una discusión con la pareja (por ejemplo); así nos resulta mucho más interesante ¿Cierto? Pues sin más preámbulos, adentrémonos en el tema.
Para empezar, debemos decir que el afrontamiento es un componente dentro del proceso del estrés y que va cambiando conforme las situaciones que nos estresan se van modificando, permitiéndonos adaptarnos a las demandas que tanto el mundo que nos rodea, como nuestras necesidades básicas nos plantean, pero tratemos de dar una mejor definición.
Por afrontamiento nos referimos a todos los esfuerzos cognitivos (lo que pensamos) y conductuales (lo que hacemos) que utilizamos, para tratar de darle una solución a todas las situaciones que evaluamos como demandantes o que exceden nuestra capacidad de darles una solución inmediata.
Yo sé que todo esto suena como demasiado técnico y abstracto, pero hablemos de cosas tangibles para ejemplificarlo mejor.
Imaginemos que tenemos que hacer una presentación y tenemos un par de reportes que entregar el día de mañana. Acabamos de regresar de comer, nos sentimos algo pesados y con sueño, sin embargo, tenemos toda la tarde planeada para terminar los reportes y afinar los detalles de la presentación, de pronto, recibimos una llamada en la que se nos informa que hubo un problema serio que requerirá que le pongamos atención durante toda la tarde y parte del día siguiente para que termine de solucionarse. ¡Qué horror!
Está claro que esta situación podría estresarnos fácilmente, pero ¿Qué haremos para resolverla? Podemos enojarnos, quejarnos con compañeros de trabajo o con amigos, podemos pedir ayuda, etc. Y así nos hacemos un caos y entonces, ¿Cómo gestionar todas estas emociones?
Lo interesante es que algunos afrontamientos o intentos por resolver la situación serán más exitosos que otros, por lo que, algunos de ellos provocarán que nos estresemos más, mientras que otros provocarán que nuestro estrés desaparezca.
Como puedes imaginarte, no hay recetas mágicas para adivinar qué afrontamientos serán perfectos, ya que el éxito de cada afrontamiento que utilicemos, depende directamente de la situación que estemos viviendo. A pesar de esto, tratemos de analizar más a fondo los diferentes tipos de afrontamiento que existen.
Algunos Tipos de Afrontamiento al estrés:
Aún cuando existen diferentes clasificaciones de afrontamiento al estrés, como por ejemplo, dividir el afrontamiento en emocional, centrado en el problema y centrado en nuestra evaluación de la realidad, o la clasificación que divide en afrontamiento positivo y negativo, etc.
Pero para no confundirnos, hablemos directamente de los tipos de afrontamiento contenidos en el COPE, que es una de las pruebas psicológicas más utilizadas para medir al afrontamiento.
1 – Reinterpretación Positiva Y Crecimiento:
Lo utilizamos cuando tratamos de ver las cosas desde una perspectiva diferente, por ejemplo, cuando tratamos de sacarle el lado positivo a todas las situaciones que vivimos. También está muy relacionado (junto con la aceptación) con las situaciones donde “aprendemos de nuestros errores” ya que al aceptar que nos equivocamos, estamos cambiando de perspectiva sin tratar de culparnos a nosotros mismos, sino de asumir nuestra responsabilidad.
2 – Afrontamiento al estrés Activo:
Lo utilizamos cuando tratamos de resolver directamente o ejercer algún tipo de control sobre la situación que nos desencadenó el estrés, por ejemplo, a mi me estresa no terminar de escribir este artículo, por lo tanto, en lugar de procrastinar, ver que canciones agrego a mi ipod, o contestar las menciones de twitter, me concentro en escribir.
3 – Planificación:
Este tipo de afrontamiento es especial, ya que tiene una doble dimensión. Por un lado, tratamos de anticiparnos a las posibles situaciones estresantes, como cuando organizamos las actividades o metas que tenemos que cumplir durante la siguiente.
Por el otro lado, la usamos cuando ya estamos estresados e ideamos una serie de pasos a seguir para resolver la situación que nos estresó, por ejemplo, cuando tenemos diversos compromisos y vamos retrasados, ideamos cuales serán las mejores rutas para llegar a cada lugar, el tiempo que nos quedaremos en cada sitio, etc.
4 – Apoyo Emocional:
En este caso, tratamos de hablar de lo que sentimos con otras personas para que nos ayuden a sentirnos mejor, por ejemplo, después de un pleito con la pareja, la clásica llamada a los amigos para que nos escuchen y nos ayuden a sentir mejor.
5 – Apoyo Social O Instrumental:
A diferencia del apoyo emocional en donde solo buscamos sentirnos mejor, en el caso del apoyo social, lo utilizamos para buscar consejo y tratar de poner las situaciones en perspectiva. Por ejemplo, cuando durante la misma llamada, tratamos de pedir consejo sobre nuestros posibles errores.
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6 – Religión:
Este tipo de afrontamiento al estrés debe ser tratado con cuidado y debo aclarar que no se trata de juzgar si es bueno o malo, sino solo de describirlo.
Cuando usamos el tipo de afrontamiento religioso, mas bien estamos usando un conjunto de afrontamientos, expresados mediante la fe, como el apoyo social, el emocional, el desahogo o incluso la negación. En este caso, por lo evidente de su uso y lo sensible del tema, disculpa que no lo ejemplifique.
7 – Aceptación:
Como su nombre lo indica, esta otra manera de afrontar el estrés consiste en asumir la realidad, entender que no podemos hacer que las situaciones cambien y tratar de actuar en consecuencia.
Por ejemplo, durante las pérdidas y los duelos suele ser la fase que cierra el proceso, ya que es la que nos permite volver a lidiar con la realidad de una manera sana, replanteando metas y objetivos, a pesar de la pérdida.
8 – Negación:
Contrario a la aceptación, es cuando tratamos de negar que las situaciones están sucediendo realmente. De hecho, esta es una de las estrategias más comúnmente utilizadas, por ejemplo, cuando discutimos con la pareja, aun cuando nos damos cuenta de que cometimos un error, insistimos en la discusión tratando de no aceptar que nos equivocamos.
9 – Humor:
De nuevo, el humor puede utilizarse en dos sentidos. Por un lado, tratando de hacer bromas para minimizar o distanciarnos psicológicamente de la situación que nos causó estrés, o por el otro lado, para reírnos de nosotros mismos, minimizando así, el posible sufrimiento o daño psicológico causado por estar estresados.
10 – Autodistracción:
Este tipo de afrontamiento también resulta muy fácil de entender ya que el nombre es bastante intuitivo. Se trata simplemente de realizar diversas actividades para tratar de evadir la situación que nos causa el estrés.
11 – Autoinculpación:
Cuando la usamos, lo que tratamos de hacer es detener la situación que nos causa estrés, por ejemplo, en una discusión con la pareja, nos culpamos de todo con tal de que la discusión termine, sin embargo, cabe señalar que asumir la culpa es diferente de asumir la responsabilidad.
Mientras la culpa implica una carga negativa de sentimientos de auto-compasión, de vergüenza o de lástima, la responsabilidad implica asumir las consecuencias de los propios actos y enfrentarla sin sentimientos negativos, sino tratando de construir soluciones y un crecimiento personal.
12 – Desconexión:
Es un afrontamiento que consiste en renunciar a tratar de resolver la situación y puede ser utilizada en conjunto con la aceptación, entendiendo que no está en nuestra mano modificar la situación o en conjunto con la negación, tratando de negar la realidad y renunciando a darle una solución.
13 – Desahogo:
El desahogo también está relacionado con el apoyo emocional y social. La diferencia entre ellos es que en el caso del desahogo, es un afrontamiento que solo busca la expresión de las emociones que nos causó la situación estresante y no está dirigida a recibir la ayuda de nadie. Por ejemplo, cuando hacemos berrinche o azotamos puertas, después de una discusión.
14 – Uso de sustancias:
Considero que tampoco hace falta decir gran cosa sobre este tipo de afrontamiento al estrés, solo cabe hacer notar en efecto, que se trata de un tipo de afrontamiento para lidiar con las situaciones que sobrepasan la capacidad de resolverlas de las personas, y en parte, desde un nivel psicológico (no fisiológico) explica el por qué del inicio de algunas adicciones.
Un pequeño resumen sobre el afrontamiento del estrés
Como puedes ver, algunos tipos de afrontamiento están enfocados a resolver o lidiar con las emociones que nos causan los eventos estresantes, otros están enfocados en resolver la situación estresante, y otros a resolver la perspectiva psicológica de cómo estamos lidiando con la realidad y de estas características es que se deriva la clasificación de afrontamiento centrado en las emociones, centrado en el problema o de reinterpretación.
Por otro lado, algunos de los tipos de afrontamiento intentan ayudarnos a facilitar nuestra adaptación a las situaciones, mientras que otros nos llevan a una mala adaptación y por lo tanto, a desarrollar más estrés. En este caso, hablamos de afrontamientos positivos o negativos que es la segunda clasificación de los tipos de afrontamiento que mencioné.
A cada uno de estos tipos de afrontamiento, técnicamente los llamamos “Estrategias de afrontamiento” y todos utilizamos algunas estrategias mas frecuentemente que otras. A priorizar el uso de algunas estrategias sobre otras le llamamos “Estilo de Afrontamiento” y está condicionada o determinada por nuestro tipo de personalidad.
En conclusión, tu personalidad te puede llevar a usar frecuentemente, algunas estrategias de afrontamiento que son negativas, ya que evitan que te adaptes a la situaciones y provocan que vivas con una mayor cantidad de estrés.
Aún cuando aparentemente, el afrontamiento es muy simple de entender, lo interesante es evaluar y estar al tanto de los diferentes tipos de afrontamiento que cada uno utilizamos para tratar de resolver las situaciones que cotidianamente se presentan en nuestra vida.
¿Cómo lograr estrategias de afrontamiento positivas?
Como puedes ver, tú has utilizado todas y cada una de las estrategias que mencioné hasta ahora, por lo que no necesitas conseguir en la tienda de la esquina, dos estrategias de afrontamiento positivas para llevar, y tres para comer aquí. Pero tampoco puedo (ni debo) darte una receta mágica de cómo lograr que uses los afrontamientos positivos en tu vida, ya que te tengo dos noticias:
Primero, la mala noticia: Cada vez existe más evidencia (está claro que hablo a nivel de ciencia) de que nuestra personalidad está determinada genéticamente y la heredamos de nuestros padres, por lo tanto, no la podemos modificar ¿Cierto? Y es justo aquí donde surge la buena noticia: No, no es cierto.
Aún cuando nuestra personalidad está determinada genéticamente, también hay mucha evidencia de que la personalidad va cambiando con el tiempo, por lo tanto, lo que vivimos y aprendemos nos modifica constantemente;, entonces resulta claro que SI podemos modificar nuestros estilos de afrontamiento.
Finalmente...
Como mencionaré y abordaré con más profundidad en otro artículo sobre el ego, el construir nuestra identidad, depende de la interacción con el mundo que nos rodea, con otras personas. Por este motivo, aún cuando en este momento puedas sentirte identificado con todas las estrategias de afrontamiento que he descrito, tu sol@ no puedes hacer un análisis completo y detallado de cuál es tu estilo de afrontamiento, necesitas de un especialista entrenado o facilitador de vida como yo y que te ayude a descubrirlo, a plantear los cambios y que te acompañe durante el proceso de cambio.