El sueño es tan importante como comer, tomar agua o ejercitarse. Es una función biológica necesaria para que el cuerpo se restablezca y pueda seguir cumpliendo con sus funciones psicológicas y físicas habituales. Es decir, ¡el sueño recarga las pilas!
No obstante, muchas veces, sin saberlo, se ponen en práctica malos hábitos para dormir que son perjudiciales. Por ejemplo, si te despiertas muchas veces por la noche a tomar agua, respiras por la boca o duermes con el móvil encendido y sonando a cada momento al lado de tu cama, es seguro que amanecerás más cansado que cuando te acostaste.
Si quieres conseguir un descanso reparador, en las próximas líneas vas a encontrar qué hábitos del sueño son nocivos para la salud. Así podrás identificarlos y sustituirlos por prácticas más saludables que te ayudarán a dormir mucho mejor.
¿Por qué es tan importante dormir bien?
Las alteraciones del sueño no solo afectan el cuerpo, sino también a la mente. Es por esto que debes dormir al menos 8 horas por las noches para que puedas gozar de una salud óptima, desarrollar el sistema inmunitario y disminuir la ansiedad al relajarse tus músculos y neuronas.
Infinidades de estudios demuestran que la falta de sueño causa múltiples consecuencias negativas al organismo. Entre ellas las más frecuentes serían:
Esto solo por contar algunas. Por suerte, si detectas cuál es el hábito del sueño que no te permite obtener una buena homeostasis (regulación del organismo), conseguirás reponerte totalmente al dormir.
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¿Cuáles son los hábitos del sueño más nocivos para la salud?
Uno de los hábitos que afecta directamente la caída del sueño es consumir muchos estimulantes –como el café- previo a la hora del sueño. Sin embargo, este no sería el único elemento para que se altere tu descanso. Algunos otros hábitos son:
Hacer actividad física intensa en la noche
Cuando se realiza un entrenamiento HIIT o de alta intensidad, el organismo entra en un estado de alerta y de máxima energía que tarda al menos 4 o 5 horas en disminuir.
Por ende, si haces una rutina de actividad física intensa en la noche y te acuestas al poco tiempo, es posible que te mantengas despierto durante largas horas, hasta que logres conciliar el sueño profundo.
Consumir azúcares y grasas por las noches
Los azúcares y las grasas son metabolizados por el cuerpo en forma de energía. Obviamente, si los consumes en las noches, tendrás un impulso adicional que no dejará al cuerpo relajarse y entrar en las fases REM y NO-REM del sueño, que son en las que ocurre la regulación orgánica.
De igual forma, un estudio desarrollado por la Royal Society for Public Health (RSPH), demostró que consumir comidas muy saturadas y pesadas hace que las personas duerman muy poco.
Respirar por la boca
Ahora bien, si logras dormirte y tienes el hábito de respirar por la boca, se altera por completo la homeostasis. Esto es porque el oxígeno no es tomado por la vía aérea principal y la actividad fisiológica no se ejecuta adecuadamente.
Además, estarás introduciendo a tu cuerpo partículas que van directo al organismo sin pasar por el filtro natural, que es la nariz. También vas a hiperventilar.
Esta es una mala práctica que no favorece para nada la higiene del sueño.
Mala hidratación
Quizá pienses que esto solo se refiere a no consumir suficiente agua durante el día, y aunque es así, también el tomar demasiada agua antes de acostarse no es para nada aconsejable.
Cuando la ingesta de agua es abundante una o dos horas antes de dormir, empeora el descanso. Como has de suponer, esto ocurre porque tendrás la necesidad de ir al baño de forma recurrente durante la noche, y no vas a conseguir profundidad en el sueño.
Tampoco es un buen hábito levantarte a cada rato a tomar agua.
Control de la temperatura
Sí, la temperatura influye mucho a la hora de dormir. Si el ambiente es caluroso y sin ventilación, tu cuerpo generará mucho estrés y se tensará. De igual forma, si te acuestas en un ambiente en extremo frío, tu mecanismo termorregulador se activa y no tendrás el descanso que requieres.
Lo más recomendable es estar a unos 18° a 20 ° C para favorecer un buen sueño.
El ruido y la iluminación
Aunque no lo creas, son muchas las personas que les gusta acostarse a dormir con el televisor encendido o con música a su alrededor.
Quizás piensen que esto les facilita conciliar el sueño. Pero la realidad es que no alcanzan las fases necesarias para el descanso, sino que entran en una especie de letargo, sin alcanzar la profundidad adecuada para la regulación orgánica.
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Consejos para lograr un sueño placentero
El sueño debe tener tres componentes fundamentales:
1. Duración: entre 7 a 9 horas.
2. Continuidad: no debe ser interrumpido.
3. Profundidad: a mayor profundidad, más reparador.
Para que consigas esto, solo aplica estos sencillos consejos:
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Palabras finales
Por último, recuerda que el sueño es uno de los tres pilares fundamentales de la salud, junto a una alimentación balanceada y la práctica regular de ejercicios. Por eso, promover su higiene es vital para la promoción del bienestar y hasta para la recuperación de algunas enfermedades.
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