La autodisciplina es una herramienta poderosa que comparten las personas que dominan su propia naturaleza y, por consiguiente, pueden acceder a todos los regalos que ofrece la vida.
De hecho, existen muchos estudios científicos que afirman y comprueban el poder de la fuerza de voluntad y el autocontrol para alcanzar las metas.
Además, la gente que tiene autodisciplina es más feliz. No obstante, quizás te cueste asimilar eso porque preferirías quedarte en la cama durmiendo que levantarte temprano todos los días para ir a conquistar tus sueños.
Para que consigas el enfoque adecuado, este post verás la definición de autodisciplina y así también su importancia para que aprendas a tomar decisiones sensatas y a controlar tu vida de forma eficiente.
¿Qué es la autodisciplina?
La autodisciplina se define como la capacidad que tiene un individuo para seguir normas y pautas de forma voluntaria. Es el autocontrol de la propia fuerza de voluntad para alcanzar los objetivos deseables.
Se puede decir que es una virtud que se hace un hábito a través de la constancia. Por eso, convertirse en una persona disciplinada implica esfuerzo y enfoque para llegar hasta la meta.
Los objetivos que se alcanzan con la autodisciplina no solo son de índole material o tangible, como culminar una carrera, ganar una competencia o perder peso; sino que también abarcan aquellas metas a nivel cognitivo y emocional.
Etimología de la palabra autodisciplina
El origen de la palabra autodisciplina viene de la unión de los vocablos latinos “disciplina”, la cual se traduce como doctrina o principio, y de “auto” que significa por uno mismo o por cuenta propia.
Ambas palabras definen la autodisciplina como la capacidad de seguir instrucciones por cuenta propia.
Tipos de comportamientos generados por la autodisciplina
La autodisciplina obedece a la motivación intrínseca. Por lo tanto, existen dos tipos de comportamientos generados a partir de ella, los cuales son los siguientes:
Comportamiento virtuoso
Este es el comportamiento que ocurre cuando lo que quieres alcanzar está en sintonía con lo que sientes y deseas. Es decir, existe un gusto natural por las conductas desarrolladas para llegar a la meta. Por ejemplo, prepararte para competir en tu deporte favorito.
Comportamiento continente
En este caso, existe la autodisciplina generada por la necesidad de llegar a un objetivo, aun cuando este no responda a tus gustos propios. Por ejemplo, hacer una dieta estricta.
Beneficios de la autodisciplina
Una de las principales características de la autodisciplina es que ayuda a alejarse de los beneficios gratificantes instantáneos, al entender que pueden ser sustituidos por ventajas a largo plazo con efecto perdurables, aunque esto requiera un poco más de esfuerzo.
Además, desarrolla otras cualidades intrínsecas como por ejemplo:
- Facilita la creación de objetivos claros y factibles.
- Desarrolla la capacidad de orden y organización.
- Permite el uso de las experiencias previas para aumentar el aprendizaje.
- Estimula la creatividad.
- Permite el autoconocimiento.
- Aumenta la capacidad para triunfar.
- Potencia la paciencia.
- Desarrolla la perseverancia.
- Eleva el placer de trabajar en pro de una meta propuesta.
¿Por qué es importante la autodisciplina?
La adquisición de hábitos a través de la autodisciplina otorga la fuerza necesaria para avanzar hacia un camino específico, sin detenerse en los obstáculos que se puedan presentar.
La autodisciplina es importante porque conduce a las acciones y los pensamientos con un enfoque directo. Por eso, permite superar la pereza y dar continuidad a todo lo que se empieza.
No se trata de un comportamiento limitativo o extremo en el que debas restringirte de ciertos placeres, sino más bien de un camino seguro hacia el éxito perdurable y ciento por ciento real.
Por otro lado, la falta de disciplina y constancia pueden conducir al fracaso, problemas de salud, financieros y a otros inconvenientes más.
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¿Cómo adquirir la autodisciplina?
Ganar más disciplina es un proceso que dependerá de muchos factores. No obstante, los principales ingredientes son la voluntad, la conciencia y la actitud. Todo esto va unido a la paciencia y al tiempo necesario para cultivar los buenos hábitos. Algo que, para ser honestos, exige cierta cantidad de esfuerzo por semanas o incluso meses.
A continuación, verás una serie de recomendaciones que servirán para que desarrolles una autodisciplina incorruptible:
- Utiliza muy bien el tiempo. Programa tus actividades diarias. Es decir, haz una lista de las tareas que tengas que realizar y ve tachando cada una a medida que las cumplas.
- Identifica los factores que comprometen tu disciplina: es decir, anota en un papel todo aquello que sabes que te roba energía, como ver televisión, pasar horas en el móvil, comer comida chatarra, acostarte tarde, etc. Luego, mantenlas en mente mientras cultivas tu autodisciplina y vas por esas metas que deseas.
- Elige la acción antes de la perfección. Una vez que empieces a actuar, irás afinando poco a poco tu forma de llegar hasta el objetivo.
- Establece prioridades. No hace falta que abarques todo al mismo tiempo. Empieza por dar pequeños pasos y después anímate a dar saltos más grandes.
- Comprométete: escribe tus metas y objetivos. Además, lleva un seguimiento de los avances para monitorear tu progreso.
- Ten mucho valor. No te mentiremos, llegar a tener autodisciplina no es fácil. Por eso, ármate de valor para no perder el enfoque.
- Aprende a decir no. Decir “no” muchas veces ayuda a que no te desvíes del camino que consideras correcto. Por ejemplo, si sabes que hacer algo debilitará tu voluntad, entonces deja eso rápidamente a un lado y enfoca esa energía hacia algo productivo. Engaña a tu mente.
- Divide el reto en pequeños premios. Sobre todo los objetivos a largo plazo, ya que una vez que los dividas en pequeños tramos los podrás ir saboreando poco a poco, y ya no se verán tan inalcanzables.
Obviamente, hay muchos otros consejos para tener más autodisciplina y vencer la pereza, pero lo más importante es que encuentres la inspiración para mantenerte enfocado.
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¿Cuáles son los enemigos de la autodisciplina?
Es posible que ya los hayas deducido. No obstante, podemos nombrar a algunos de los enemigos más poderosos de la autodisciplina:
- Negativismo
- Derrotismo
- Procrastinación
- Evasión
- Cinismo
- Excusas
Cuando consigas aislar esos pensamientos limitantes, la autodisciplina se convertirá en tu mayor virtud. ¡Aprovéchala!
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