¿Qué significa la felicidad para ti? Lejos de conceptos e ideas. Busca en lo más profundo un sentimiento de bienestar y, cuando lo encuentres, intenta definir lo que sientes con precisión.
Eso puede resultar difícil e inconcluso.
De hecho, es un mal hábito de la humanidad querer siempre encasillar las emociones y sentimientos bajo conceptos rígidos: ¿Acaso no se han dado cuenta de que nadie percibe el mundo por igual?
Lo que tú asocias a la felicidad personal, quizás para otra persona eso esté muy de lejos de significar bienestar para él.
Muy bien. ¿Quieres una definición clara de lo que es la felicidad? Deseo cumplido.
La felicidad consiste en un estado pleno de satisfacción personal: donde el sufrimiento, la desesperación y el dolor quedan excluidos. Es una sensación de bienestar intrínseco que se da gracias a la percepción de autorrealización por haber cumplido metas, propósitos y expectativas.
Si nos apoyamos en una metáfora sencilla para entender la felicidad, desde un punto de vista filosófico, lograremos captar la esencia de lo que significa alcanzarla.
Soren Aabye Kierkegaard, considerado el padre del existencialismo, expresó una idea clara acerca de la felicidad con una parábola muy simple:
“La puerta de la felicidad se abre hacia adentro, pero hay que distanciarse un poco para abrirla: si alguien la empuja, la cerrará cada vez más.”
Siguiendo está línea bajo su concepto, cuando alguien intenta desesperadamente alcanzar la felicidad, lo que en realidad está logrando es alejarse cada vez más de ella. La razón consiste en que existe la falsa idea — por desconocimiento, probablemente—, de que se logra conseguir la felicidad solo buscándola en el exterior:
Con mansiones, coches, mucho dinero, atención y admiración…
Pero ya decía Séneca en su momento de mayor lucidez:
«La verdadera felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en no desear nada»
— Séneca
¿En qué consiste la felicidad y de dónde proviene?
Ese momento donde la plenitud, el compromiso y el sentido se juntan, trae como resultado un florecimiento de emociones positivas que llevan al placer.
Las emociones positivas son la base de donde proviene la felicidad. Ahora bien, el organismo siempre trabaja en favor del equilibrio y la estabilidad, eso quiere decir que dentro de cada uno de nosotros existe una autorregulación para sincronizar los estados.
Sería una utopía total e ilógica que un individuo permanezca en un estado de felicidad durante toda su vida. Aunque no lo creas, los momentos de mayor dolor son los mejores maestros que impulsan hacia el crecimiento personal.
Por lo tanto, ese equilibrio existe en virtud de la preservación. Dentro de ti, los neurotransmisores del placer y la felicidad (dopamina y serotonina) actúan para crear ese estado de satisfacción personal y bienestar propio.
Componentes de la felicidad
La felicidad no es un estado único, sino que se compone de varios elementos interconectados. Estos elementos incluyen emociones positivas como la alegría, la gratitud y el amor, así como una sensación de propósito y significado en la vida. Además, las relaciones sociales, el bienestar físico y la realización personal también desempeñan un papel importante en la consecución de la felicidad.
¿Cómo cultivar la verdadera felicidad?
Ya conociendo el concepto de felicidad, que no es más que una satisfacción constante por vivir en el presente y que no está sujeta a cosas del exterior, ahora podemos resaltar algunos aspectos claves que preparan el terreno para alcanzar la verdadera felicidad.
La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
— Immanuel Kant
Encuentra tu propósito
La felicidad llega cuando eres uno con tu propia naturaleza. Eso quiere decir que has reconocido las partes esenciales de ti y has conectado con ellas. También has podido identificar lo que es ajeno a tu propia personalidad y has dejado todo eso a un lado.
Es como cuando reconoces que eres bueno en algo y dedicas toda tu energía en acumular éxitos en base a ello.
Un ejemplo para entender esta idea más fácil es la siguiente:
Un pez es un excelente nadador, pero en el aire solo se sentiría como un ser torpe e inservible.
De esa misma manera, que tú vayas en contra de tu propia naturaleza solo provoca que dividas tu ser y, por lo tanto, crees un estado de angustia e infelicidad.
Establecimiento de metas realistas
Tener objetivos y aspiraciones es importante, pero es esencial establecer metas realistas y alcanzables. El logro de metas proporciona una sensación de logro y mejora la autoestima, lo que contribuye positivamente a nuestra felicidad.
Aléjate de la trampa de la envidia
Cuando basas tu felicidad en lo que otros alcanzan o tienen, solo consigues preparar la trampa para crear rastros de amargura dentro de ti.
En un mundo más elevado, las personas podrían anclar su satisfacción personal en la felicidad de otras personas.
Pero para llevar un estilo de vida más placentero, céntrate en ti, en tus pretensiones y posesiones. Reconoce la falsa trampa de siempre querer más y agradece por las cosas buenas que has conseguido hasta ahora, agradece por quien eres.
Para ser feliz, hay que renunciar
El ser humano solo puede conseguir una pequeña parte de todo lo que es deseable y atractivo en el mundo. Empezado primero por ahí.
Cuando logras definir algo que deseas que vaya en sintonía con tu propia naturaleza, después tienes que practicar el arte de filtrar lo que es importante para ti.
Ya que la felicidad está relacionada con la acción de superar y conquistar obstáculos, al renunciar y dejar a un lado las cosas superfluas, te mantienes en la zona ideal para transformar todo ser y llenarlo de una felicidad pura y sagrada.
Utiliza el azar a tu favor
El mundo está lleno de situaciones impredecibles, donde el destino juega un papel fundamental para determinar la dirección de las personas y sus ideas.
Imagínalo como un juego de ajedrez donde planeas estrategias para alcanzar la victoria y, al otro lado, existe un oponente (el destino) que cambia la dirección de las cosas.
Para esto, utiliza el arte (tus dones) para corregir lo que el azar ofrece.
Deja a un lado la idea de que puedes controlarlo todo, para que así concentres toda tu energía vital en lo que sí está a tu alcance.
Ese es el secreto para ir escalando niveles y lograr cosas que te llenen de felicidad.
Vive el presente y sé consciente
El futuro es solo una fantasía de cómo te gustaría que sucederían las cosas, por lo tanto, no es real. El pasado se puede comparar a un fantasma que crea la ilusión de vivir en un lugar ajeno al presente. Ambos representan la causa de el porqué las personas están llenas de ansiedades y temores.
La felicidad es un estado donde se es consciente de la situación en el entorno. Recréalo ahora y date cuenta.
La última vez que estuviste plenamente feliz estabas disfrutando del momento: los olores, los sabores, las imágenes a tu alrededor; todo era tan vívido y real, ¿no es cierto?
Bueno, esa es una de las claves más poderosas para ser feliz, y algunos filósofos de la antigüedad ya reconocían ese efecto del despertar de la conciencia.
Reconoce tus límites, pero no te conformes
En el arte de ser feliz de Artur Schopenhauer, se habla acerca de que un hombre prudente no busca la felicidad, sino que más bien todos sus esfuerzos están destinos a evitar el sufrimiento.
También expresa que un hombre verdaderamente sabio eleva la vara de sus pretensiones con cuidado según el nivel donde se encuentre y, al mismo tiempo, no olvida las posesiones adquiridas hasta ese instante de su vida: habla de talentos o virtudes que nacen y hasta de cosas materiales que se poseen.
Ese reconocimiento del individualismo, trae como ventaja una atracción por los pequeños placeres de la vida.
Sé coherente contigo y tus metas
El trago amargo del arrepentimiento representa, en muchas ocasiones, un golpe anímico devastador del cual es difícil reponerse.
Si eres congruente con tu propia naturaleza, conseguirás penetrar todas las capas superficiales que te rodean y lograrás estar en conexión con la fuente inagotable de tu propio ser.
Una persona verdaderamente feliz no está exenta de dolor o sufrimiento, ni siquiera es aquella que se siente segura siempre, sino que es todo lo contrario.
La felicidad llega cuando sabes actuar en momentos de incertidumbre porque confías en tus propias capacidades, y disfrutas lo que es nuevo y diferente.
Una persona feliz se mantiene serena ante situaciones doloras, ya que reconoce el poder que traen esos momentos para el fortalecimiento del alma. Ya que ninguna persona en el mundo se hizo fuerte viviendo solo momentos de absoluta tranquilidad.
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La Importancia de la Felicidad
La felicidad no es simplemente un estado emocional placentero, sino que también tiene un impacto profundo en nuestra salud y calidad de vida en general.
Beneficios para la salud
Investigaciones han demostrado que las personas felices tienden a tener sistemas inmunológicos más fuertes, niveles de estrés reducidos y una mayor longevidad. La liberación de endorfinas, también conocidas como “hormonas de la felicidad”, contribuye a mejorar la salud mental y física, fortaleciendo el sistema cardiovascular y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.
Relaciones y conexiones sociales
La felicidad también está estrechamente relacionada con nuestras interacciones sociales. Las personas felices suelen tener relaciones más sólidas y satisfactorias, lo que a su vez contribuye a un mayor bienestar emocional. Cultivar la felicidad puede fortalecer los lazos con amigos y familiares, creando una red de apoyo que nos acompaña en momentos difíciles.
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Agradecimientos y despedida:
En un plano más profundo, la verdadera felicidad viene desde el interior y, según filósofos como Lao tse, es posible evocarla sin necesidad de conquistar cosas u obtener recompensas.
Pero trayendo ese modo de pensar al mundo moderno, la felicidad puede ser parte de tu vida —sin temor a perderla— cuando dominas el arte de vivir en unidad con tus metas más elevadas y, permaneciendo en el mundo, sigues en conexión con la naturaleza de tu propio ser; es decir: actúas, piensas, hablas, según lo que eres y no en imitación a las características de alguien más.
Es un camino hermoso pero difícil de conquistar. Siendo sinceros, muchos solo se quedan en la orilla y temen sumergirse en lo más profundo por miedo a encontrarse con sus debilidades, traumas e inseguridades más profundas; esa sombra que solo causa desestabilidad.
Aunque bienaventurados sean los que logran conquistar sus inseguridades y llenan sus vacíos con un amor propio y se rodean de los seres más importantes para ellos.
En fin: no importa lo que piensen los demás, sino lo que pienses tú acerca de ti mismo. Gracias y muchas felicidades para ti.
Preguntas Frecuentes
Sí, varios estudios han demostrado que la felicidad está relacionada con una mejor salud física y mental. Las personas felices tienden a tener sistemas inmunológicos más fuertes y un menor riesgo de enfermedades crónicas.
Practicar la gratitud, cuidar las relaciones personales y dedicar tiempo a actividades que te gusten son formas efectivas de aumentar tu nivel de felicidad.
No, la felicidad es subjetiva y puede variar ampliamente entre personas. Lo que hace feliz a una persona puede no ser lo mismo para otra.
La genética puede influir en nuestro temperamento y predisposición a la felicidad, pero el entorno y las elecciones personales también desempeñan un papel significativo.
La tecnología puede tener tanto efectos positivos como negativos en nuestra felicidad. Puede ayudarnos a mantener conexiones sociales, pero también puede llevar a la comparación y el aislamiento si se utiliza en exceso.
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